VINOS CON UNA PERSONALIDAD MUY MARCADA
Situada en el norte de la provincia de Toledo e inscrita en la Denominación de Origen Méntrida , la bodega ocupa unas 26 hectáreas de las más de 600 con que cuenta la enorme finca de caza que posee la familia Entrecanales en el término municipal de Santa Cruz de Retamar. La plantación se estableció en 1.999, bajo el apoyo técnico del australiano Richard Smart en la viña y de Miguel Ángel de Gregorio en la bodega.
De las 26 hectáreas cultivadas, a groso modo 13 pertenecen a la variedad syrah, 4 a la merlot, 4 a la cabernet sauvignon y dos y media a la petit verdot, estando conducidas en espaldera, con la particularidad de que los pies de viña se plantan muy próximos dos a dos, de manera que las raíces compitan entre sí y profundicen en el suelo arenoso y pobre de la propiedad, para ofrecer así una mayor mineralidad al vino. A esto se une una alta densidad de plantación (4.000 cepas/ha.), lo que hace una distribución de casi 1x1, que provoca un enorme estrés hídrico y radicular a la viña. Todo esto se verá traducido en la alta calidad de la uva vendimiada.
En la actualidad la bodega ofrece una línea de seis vinos: un rosado y cinco tintos, donde el único sin crianza es el rosado, siendo el resto dos monovarietales de syrah y petit verdot (hubo un merlot y un cabernet sauvignon, pero no dieron el resultado esperado) y otros tres que contienen en su coupage las cuatro variedades que conforman la propiedad.
A modo de visión general, destacar su reducida producción (72.000 botellas en total) y la búsqueda de un tipo de vino completamente distinto al elaborado en la zona, creando vinos de corte atlántico y norteño que huyen de la pesadez alcohólica y extractiva de otros obtenidos en sus mismas condiciones geográficas, de insolación y pluviometría. Tienden más hacia la viveza, mineralidad y frescor vegetal de vinos de como poco trescientos kilómetros hacia el norte.
Aún a riesgo de generalizar y elucubrando un poco (con las consecuencias que ello conlleva), veo que la bodega ha creado una línea de vinos exquisitamente cuidados y terminados, destinados a un consumidor si no entendido, al menos iniciado en el vino, ya que de lo contrario una gran parte de los matices y sensaciones que éstos expresan quedarían sin disfrutarse. Son precisamente en estos elementos diferenciadores donde creo que reside el mensaje que la bodega pretende ofrecer. Su precio, por encima de la media, se justifica precisamente en estos conceptos y en la idea de ofrecer sólo lo mejor que da la viña, sin caer en la comercialidad ni en las producciones masivas. Si cuentan, como así lo creo, con un buen colchón económico, adelante y buena suerte en esta época en la que hasta los “grandes” están sacando al mercado marcas low cost (valgan Sela y Termes como ejemplos).
Como últimos apuntes, destacar que el nombre “Arrayán” que es como llamaban los árabes al aromático mirto, viene dado por el nombre del velero que el propietario de la bodega, gran enamorado del mar, poseía en el puerto de Palma. También hacer constar que estos vinos van a ser distribuidos por Makro, en cuya sede de Alicante tuve la ocasión de catarlos en compañía de su sumiller y nariz de oro 2.010 Andrea Alonso, de la enóloga de la bodega Maite Sánchez y de su director comercial Álvaro García de Oteyza.
Respecto a la cata de los vinos que a continuación desgloso, por si a alguien no le apetece seguir leyendo ni perderse en tecnicismos, resumo de manera telegráfica que el rosado 2.009, con alma de tinto y bastante original, estaba algo sobrado de tiempo y de temperatura, que los monovarietales del 2.005 son fieles representantes de la línea sutil y fresca de la bodega y respetan las características de la casta, que el Selección 2.007 me parece que está de más en la gama, quedando como un eslabón roto entre los varietales y sus dos hermanos mayores; que disfruté cada segundo de la evolución, sutileza y buen hacer del Premium 2.004 y que tuve la ocasión de probar en primicia el Estela 2.007, vino homenaje al creador de la bodega y que cuando cumpla la guarda que pide a gritos, será un vino que dará mucho que hablar al que tenga la suerte de contar con alguna de las escasas 2.600 botellas con que cuenta la edición (ya sólo 2.599).
NOTAS DE CATA
ROSADO 2.009
Vista. Rojo fresa muy subido virando a rubí, dando la sensación de un tinto de capa baja. Lágrima gruesa y de caída lenta.
Nariz de intensidad baja con prevalencia de fruta roja madura sobre unos tímidos florales que, debido al tiempo que ha transcurrido desde la vendimia, es normal que se encuentren en segundo plano frente a la fruta y a un alcohol que despunta en nariz.
Boca con entrada seca y bastante fresca, teniendo un paso glicérico y sedoso. En el centro de boca encontramos una agradable dualidad entre las notas a ciruela roja, fresa madura y mango y los tonos cítricos y vegetales (pomelo y naranja sanguina) que aportan una acidez bastante viva pero expresada en su justa medida. El posgusto bastante largo ofrece un final con recuerdo a hollejo vivo y muy tónico, con un amargor final que si bien deja la boca limpia, refleja un recuerdo alcohólico algo acentuado de más, quizá debido a la inadecuada temperatura de servicio durante la cata.
En conclusión, se presenta como una interesante dualidad entre tinto-rosado, donde se descubre que no es un rosado al uso, ni en color y extracción ni en sabores, aunque la nariz si dé sensación de lo que se suele esperar en este tipo de vinos. Tiene la fuerza propia de las variedades tintas y la sutileza de la técnica del sangrado. Unos meses antes y a otra temperatura nos hubiera parecido otro vino, pero lo que se cató todavía tiene vida y unas características muy personales.
Tipo de vino: Rosado Sin crianza obtenido por sangrado.
Variedades: Syrah, cabernet sauvignon, Petit Verdot y merlot (5%).
D.O./Zona: Méntrida.
Grad. Alcohólica: 12,5º
Precio aprox.: 7€.
SYRAH 2.005
Vista. Rojo cereza de capa media con ribete guinda algo amplio y acuoso, observándose en éste algo de materia colorante disuelta. Brillo apagado y aspecto de juventud latente.
Nariz de intensidad alta, con un claro predominio de notas herbáceas y de monte bajo (jara, espliego, tomillo). Pasada esta fase se empiezan a apoderar de la nariz notas de pimentón, tostados, cacao y madera limpia.
En conclusión tenemos delante un vino ya de corte eminentemente atlántico donde la fruta es ácida y no presenta la pesadez de la sobremaduración y donde la crianza sirve para apaciguar una acidez y un alcohol que de otra manera desconfigurarían el resultado final. Las notas varietales se han respetado y se distinguen claramente.
Tipo de vino: Tinto con 12 meses de barrica francesa y 12 meses de botella.
Variedades: 100% Syrah.
D.O./Zona: Méntrida.
Grad. Alcohólica: 14º
Precio aprox.: 15€.
PETIT VERDOT 2.005
Vista. Rojo guinda bien cubierto con ribete cereza estrecho y denso. Limpio y brillante. Expresa juventud y muy buena extracción.
Nariz de intensidad media-alta, con predominio de notas de azúcar tostada y madera noble en un primer contacto, que rápidamente se diluyen y dejan lugar a frutas del bosque maduras (fresas, grosella), ciruela roja y muchísimo monte bajo (tomillo, pebrella, aliaga y salvia). Al oxigenar el vino, reaparecen notas vegetales (helecho y heno verde) y notas de crianza muy limpias sin rastro de reducciones ni oxidación. Al reposar vuelven los tostados aromáticos.
Boca de entrada seca y bastante fresca con paso amplio y ligeramente carnoso, dando cierto peso en boca. El centro también es frutal y ácido (en su acepción de viveza y carácter), manteniendo un buen equilibrio con las notas de crianza y el alcohol. Posgusto corto y tónico con recuerdo a hollejo maduro y tabaco de pipa.
En conclusión se trata de un vino muy elegante en cuanto a equilibrio entre fruta fresca que refleja fielmente el varietal, maderas nobles y un alcohol presente pero nunca discordante. Sigue la línea de la bodega donde se ofrece un vino equilibrado y representante de la filosofía en la que se da también bastante importancia a la sutileza, a las notas de terruño y a la mesura en el empleo de la madera.
Tipo de vino: Tinto con 12 meses de barrica francesa y 12 meses de botella.
Variedades: 100% Petit verdot.
D.O./Zona: Méntrida.
Grad. Alcohólica: 14º
Precio aprox.: 15€.
SELECCIÓN 2.007
Vista. Rojo picota con buena capa y ribete cárdeno estrecho y denso. Limpio y brillante. No demuestra evolución excesiva y sí una buena extracción. La lágrima densa y coloreada.
Nariz de intensidad media donde priman los florales (lirio, violeta, clavel), que después virarán a fruta cítrica (piel de naranja) y frutillos del bosque azules. Se detecta algo de mineralidad (pizarra, terracota mojada) y huye de los tostados. En el momento en que se abre, da paso a la dehesa con multitud de notas mediterráneas y sotobosque. Al oxigenarlo, ofrece notas limpias de fermentación y leve crianza, pero despunta algo en alcohol. Tras un reposo reaparecen con fuerza los cítricos y la sensación de viveza vegetal.
Boca de entrada seca y fresca con paso muy fluido y lineal, sin aristas y algo acuoso. El centro se presenta frutal sin excesos (fresa, grosella verde), con una fuerte retronasal a las flores que daba en nariz y con pocas notas de madera y tostados. Posgusto medio con predominio de acidez y recuerdo a taninos gastados (cáscara de nuez) que dejan una sensación algo terrosa en la lengua.
En conclusión hablamos de un vino que en un primer momento da la impresión de necesitar mucha más botella de la que tiene para que se asienten los extremos y se redondee, pero una vez vista la poca influencia de la madera (un roble) y a la vez lo gastado del tanino, se vislumbra que no va a tener una larga vejez, aunque la acidez insinué lo contrario y la fruta deje ver su calidad. No tiene la suficiente complejidad y equilibrio que se observa en el resto de la gama y al parecer no la va lograr con la guarda. Como nota positiva, presenta una muy agradable mineralidad y sigue en la línea de viveza norteña.
Tipo de vino: Tinto con 8 meses de barrica francesa y 12 meses de botella.
Variedades: 35% syrah, 35% merlot, 35% cabernet sauvignon y 5% merlot.
D.O./Zona: Méntrida.
Grad. Alcohólica: 14º
Precio aprox.: 19€.
PREMIUM 2.004
Vista. Rojo picota de capa bastante alta con ribete rubí estrecho y desvaído. Buena concentración de materia colorante y síntomas de propios de la edad que tiene con respecto a la evolución del menisco (ya tiñe de rojo la servilleta, mientras que los otros lo hacían de morado). Limpio y brillante, de lágrima fina y fluida.
Nariz de intensidad alta, con una maravillosa sucesión de oleadas aromáticas, cambiantes a cada momento e inacabable. Comenzó con balsámicos (hinojo, romero, jara), pasó por florales (aliaga y brezo), siguió con aromas reductivos bastante limpios (cuero, natas, algarroba) y luego pasó a la gama de tostados y especiados (brioche, azúcar tostada, pimienta, cedro…) al oxigenar la copa llegan los frutales acídulos (mandarina, fresa, ciruela) y tras el reposo el alcohol se hace presente en una especie de licor de naranja (curaçao) y pacharán. Tras unos minutos se retoma el carrusel de aromas que no cansan y varían constantemente. Hacía tiempo que no me topaba con una nariz que diese tanto disfrute.
En boca la entrada sigue siendo seca y bastante fresca, con un paso en cuña que comienza fino pero se va haciendo hueco conforme pasa, sin llegar a ser ampuloso ni demostrar peso en boca. El centro es una versión mucho más moderada de la nariz, donde se observa cierta “redondez” en el trato de la fruta, madera, balsámicos, alcohol y acidez latente. El posgusto es bastante largo y frutal, dejando ver el alcohol en un recuerdo final licoroso al que la viveza vegetal no deja hacerse pesado. La boca queda con regusto a hollejo maduro y a madera nueva y limpia.
En conclusión estamos ante un producto que se ha ganado a pulso el nombre de premium, con una nariz que se puede tildar de elegante y que hace disfrutar y jugar con los aromas cambiantes durante mucho tiempo. La boca no queda atrás y aunque más convencional tiene conseguido el equilibrio que todo enólogo quiere dar a su vino, con la particularidad de que éste también huye de las pesadeces licorosas y faltas de fruta fresca que se suelen ver en los alta gama de otros productores tanto mediterráneos como de la meseta. Aquí hay de todo, en su justa medida y puesto de tal manera que no canse los sentidos ni aburra al catador.
Tipo de vino: Tinto con 15 meses de barrica francesa (80% nueva y 20% usada) y 18 meses de botella.
Variedades: 55% Syrah, 20% merlot, 15% cabernet sauvignon y 10% petit verdot.
D.O./Zona: Méntrida.
Grad. Alcohólica: 14º
Precio aprox.: 26€.
ESTELA 2.007
Se trata de un vino de edición muy limitada, creado en honor del fundador de la bodega, recientemente desaparecido. Antes de analizarlo en cata, explicar un poco su proceso de creación: Su coupage es el mismo que el Premium, con la particularidad de que para éste se ha usado el vino obtenido tras descubar los depósitos y dejar que de la pasta de orujos vaya fluyendo lentamente y sólo por gravedad el preciado líquido (con una mayor concentración extractiva que el vino descubado). Una vez obtenidas así las cuatro variedades, se realiza el coupage definitivo antes de llevar a cabo la fermentación maloláctica, por lo que tanto ésta como la crianza en barrica ya se hacen conjuntamente.
Vista. Rojo guinda bien cubierto de capa, con ribete azulado y denso. Limpio y brillante. Lágrima densa y coloreada que expresa juventud y muchísima extracción.
Nariz de intensidad alta, con predominio de notas de tostados y maderas (café, cacao, cedro y grafito) que tras un primer ataque olfativo van dejando paso a fruta en compota, higos y cerezas en licor. Al oxigenar la copa, predomina el alcohol y tras el reposo la nariz se convierte en una sinfonía de balsámicos (pino, romero, tomillo, jara) acompañados de mas empireumáticos (pan tostado, grafito) que terminan por adueñarse del conjunto.
Boca de entrada algo amable y fresca, con paso ampuloso, denso y glicérico, muy carnoso y casi masticable, dando mucho peso y presencia en boca. El centro se presenta muy de acorde con la nariz, ofreciendo fruta en licor y tostados, tapando éstos la posibilidad de distinguir unos balsámicos por retronasal que sin duda deberían estar presentes y en alta concentración. Posgusto largo y tónico con recuerdo a hollejo muy maduro y un ligero amargor final.
En conclusión se trata de un vino con una enorme concentración de fruta, acidez, alcohol y crianza, que se diferencia menos de los vinos de corte más mediterráneo que el resto de la gama y que pide a gritos dormir el sueño de los grandes durante al menos siete años, para que se revista de una elegancia que se le intuye pero que ahora no exhibe en su totalidad. Tiene el tanino y la garra ácida suficientes para poder disfrutarse ya, pero el alcohol y los tostados de crianza campan todavía por sus fueros. Un gran vino que sólo disfrutarán ya 2.599 personas que sean lo suficientemente previsoras para adquirirlo ahora y tengan la paciencia de dejarlo crecer y madurar.
Tipo de vino: Tinto con 17 meses de barrica francesa.
Variedades: 55% syrah, 20% merlot, 15% cabernet sauvignon y 10% petit verdot.
D.O./Zona: Méntrida.
Grad. Alcohólica: 13,8º
Precio aprox.: 31€.
Bodega: Arrayán. Finca La Verdosa, s/n. Santa Cruz de Retamar (Toledo) oficinas en C/ Duque de Sevilla, 12 28002 Madrid. Tlf. 91 663 31 31.
Email: comercial@arrayan.es
Web: www.arrayan.es
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