UNA FERIA ATÍPICA............POR TÍPICA
Con ocasión de la celebración de la 58ª Fiesta del Albariño en la pontevedresa localidad de Cambados, en pleno corazón de la comarca vinícola del Salnés y cuna por excelencia del albariño, tuve la ocasión de merodear por entre los cuarenta y dos stands que dispusieron las bodegas en el Paseo de la Calzada, al aire libre y con el ambiente festivalero que aporta un pueblo en fiestas. Fue una extraña experiencia, ya que uno está acostumbrado a ferias de vino más bien “de chaqueta y corbata” y choca la ubicación y la idiosincrasia de esta feria donde entre charangas y coloridos grupos de peñas festeras, se pudo ir desgranando lo más florido de la denominación de origen Rías Baixas.
Quiero lanzar un “aviso a navegantes” por si alguien tiene pensado acudir en una futura edición: Como he dicho anteriormente, esta feria no es el tipo de evento al uso en la que se puedan realizar catas de manera seria y sistemática, fundamentalmente por dos motivos:
1.- La falta de formación de muchas de las personas que estaban al frente de los stands (sobre todo en las bodegas grandes), ya que salvo excepciones (hablé personalmente con algún bodeguero) solían poner cara de sueco a la segunda o tercera pregunta algo técnica que se les hiciese. No hace falta tener un enólogo en cada puesto, pero al menos el que esté debe saber si el vino ha estado o no sobre lías o si tiene hecha la maloláctica.
2.- El sistema de venta del vino, ya que no está enfocado a que “cates” sino a que “bebas” su vino. Para ello en los stands se cobra la copa a un módico precio medio de 2 euros (no tan módico si se tiene en cuenta que la copa era un catavinos afnor), con lo que además de publicitarse y dar a conocer sus productos se sacaban una media de 20-30 € por botella (salen unas 12- 15 copas por botella). La experiencia no sale cara, pero como poco choca que te cobren a la vez que se promocionan. También chirría un poco el hecho de que antes de visitar los stands tengas que adquirir el catavinos (con su publicidad añadida) en la caseta de la D.O. por otros 2 € del ala para que te lo rellenen en los stands (según El Correo Gallego, este año se vendieron más de 22.000 catavinos = 44.000€).
Una vez ubicados y avisados, hay que reconocer que al quinto o sexto vino ya no importa tanto el sistema mercantilista del montaje y se deja uno embriagar por las veleidades de, a mi juicio, uno de los mejores vinos blancos de Europa. Lo de embriagarse no es porque uno quiera, sino porque no había escupideras en los stands, así que como está muy rico y no está la vida para tirar...son pequeños sacrificios que tiene esta profesión.
Dado el aviso y el tironcillo de orejas, ofrezco una solución para que la crítica sea constructiva: Sería infinitamente mejor vender una entrada o una acreditación tipo pulserita o similar si se quiere hacer en sitio abierto, permitiendo así que en los stands se dedicaran, en vez de a vender vinos cual cantineros, a ofrecer en cata y a dar a conocer su vino.
Por supuesto que las virtudes del evento predominan sobre los defectos y cabe decir que por mi parte, con ésta ya van cuatro ediciones y espero que haya más. Resaltar, aparte de un inmejorable ambiente festivo, (está reconocida como de interés turístico nacional) la gran oportunidad de tener a tu disposición en un solo lugar casi todos los albariños habidos y por haber, algunos conocidos pero difíciles de encontrar fuera de la zona y otros directamente desconocidos por el gran público.
Dentro de los eventos paralelos, se llevaron a cabo unas jornadas técnicas con la participación de destacados profesionales del vino, entre ellos nuestra flamante nariz de oro Andrea Alonso. También se celebró la 22ª cata-concurso de albariños 2.009, donde durante dos días se batieron en buena lid los vinos de 56 bodegas, de los que el oro fue para Señorío de Rubiós, de la bodega Coto Redondo (As Neves), la plata para Pionero Maccerato de Bodegas Viña Almirante (A Peroxa, Portas) y el bronce para O Casal, de bodegas José Ángel Boado Chaves (Lois, Ribadumia). Todo un orgullo ser reconocido como lo mejor de la élite del vino blanco español.
También tradicional y con cierta vistosidad es la celebración del Capítulo Serenísimo del Albariño, una especie de cofradía del vino que celebró su tradicional procesión y su entrega de insignias a los nuevos miembros y a los famosos de turno.
Vamos a verlos un poco más detenidamente:
AGNUS DEI ALBARIÑO 2009
Vista: Amarillo pajizo con destellos limón, brillante y con algo de carbónico disuelto al servirlo.
Nariz de mucha intensidad, con una verdadera explosión de cítricos (lima, mandarina y pomelo), florales (sauco, azahar) y unos herbáceos latentes y comedidos que a mi juicio le aportaban algo de chispa al conjunto aromático. En nariz ya se vislumbra la estancia sobre lías, incluso para tratarse de un albariño “de primer año” como ahora se les suele denominar a los de la añada en curso.
Boca. Entrada seca y muy fresca, donde la acidez se apodera de la sensación inicial para dejar paso tras un paso de boca sedoso y con presencia, a un festival de fruta blanca de hueso (paraguaya, albaricoque, níspero) al que se une la sensación de estructura y notas de masa de pan y aguacate que aportan las lías. El alcohol está algo presente de más en toda la fase de boca. El posgusto bastante largo y bien logrado, ya que combina a la perfección la acidez, la fruta tropical (piña, lichi) y un sorprendente toque a “crema tostada” que me costó definir en un principio pero que estaba ahí y que considero bastante original.
Tipo de vino: Blanco sin crianza
D.O./Zona: Rías Baixas, subzona de O Salnés
Variedad: 100% Albariño.
Grad. Alcoh.: 12,5º
Precio aprox: 11 € .
Bodega: Agnus Dei Grupo vinum Terrae
Web: http://www.vinumterrae.com/
Mail: comercial@vinumterrae.com
ALBA ROSA ALBARIÑO 2009
Vista: Amarillo pajizo con reflejos dorados, limpio y brillante. La lágrima bastante densa y lenta en su caída.
Nariz neutra y de muy baja intensidad, aun subiéndole la temperatura de servicio que a priori estaba algo baja. Tímidos herbáceos (heno, laurel) y un fondo cítrico y perfumado (lilas). Al oxigenar aparece ligeramente el alcohol y algo de masa de pan. En conclusión podemos hablar de una nariz discreta.
Boca. Entrada no demasiado seca y bastante fresca, donde lo que predomina es un sorprendente paso de boca muy aterciopelado y con sensación de peso en boca. El centro de boca sorprende positivamente, más si cabe viniendo de una nariz tan inerte. Enorme presencia frutal (limón, albaricoque y algo de melón) y floral, con recuerdo a flor de jara y rosa. Notas de té y hierba fresca por retronasal. El alcohol, al igual que la acidez, muy bien integrados y aunque presentes, no despuntan en ningún momento. La permanencia sobre lías (2 meses en acero según su productor) le aporta una seriedad importante a este vino, que tiene un posgusto relativamente largo con predominio de limón y heno fresco que deja frescura y vida en la boca siendo comedido tanto en acidez como en amargos finales.
Este vino llamó mi atención más que por su calidad global (suspende claramente la fase olfativa) por esa enorme diferencia entre nariz y boca y trae a colación lo que he comentado en anteriores ocasiones sobre la importancia de una buena temperatura de fermentación y una buena y prolongada maceración pelicular prefermentativa a la hora de elaborarlo, ya que es difícil que si de esta uva se obtiene una boca al nivel de muchos grandes, no ofrezca grandes aromas al que los sepa obtener.
Tipo de vino: Blanco sin crianza
D.O./Zona: Rías Baixas, subzona de O Salnés
Variedad: 100% Albariño.
Grad. Alcoh.: 12,5º
Precio aprox: 9 € .
Bodega: Martínez Serantes S.L. C/ Raúl Alfonsín, 3 Ribadumia (Pontevedra). Tlf. 986 718 074.
Web: http://www.martinezserantes.com/
Mail: info@martinezserantes.com
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