miércoles, 19 de enero de 2011

LICORES TRADICIONALES DE ALICANTE




ARTÍCULO PUBLICADO EN EL SUMILLER.COM

Aquí transcribo el artículo que he publicado en el boletín mensual EL SUMILLER.COM que publica la Asociación de Sumilleres de la provincia de Alicante (ASPA) descargar boletín. Se trata de una pequeña serie donde iré analizando el cómo, el dónde y el porqué de los licores tradicionales de la provincia de Alicante.

EL ALAMBIQUE

LICORES TRADICIONALES DE ALICANTE (I)

El otro día, ordenando montañas de recortes y apuntes sobre el mundo de la sumillería, me topé con la lista de licores (bebidas espirituosas para los puristas y/o puntillosos) que gozan de una Denominación de Origen Específica en nuestro territorio nacional. Las cifras cantan:

En España existen 16 bebidas que tengan el prestigio y la tradición necesaria para estar insertas en un Consejo Regulador. De éstos, 4 son licores elaborados en las islas (Hierbas de Mallorca, Hierbas Ibicencas, Palo de Mallorca y Ronmiel de Canarias), lo que sin desmerecer a nadie, no es tan llamativo si se tiene en cuenta que son 4 licores para 11 islas, con una gran diversidad y un aislamiento ancestral. De los doce restantes, 4 pertenecen a Galicia (Aguardiente de Hierbas, Licor Café, Licor de Hierbas y Orujo de Galicia), distribuidos entre los 29.500 Km² de sus cuatro provincias.

Entre los ocho que quedan, encontramos el Brandy de Jerez, el Chinchón, la Ratafía Catalana y el Pacharán Navarro, todos de una gran calidad y de una comunidad autónoma distinta.

Ahora es cuando llegamos al quiz de la cuestión: los cuatro que quedan (es decir un 25% del total nacional) no pertenecen a un archipiélago o a una comunidad pluriprovincial, sino a una sola provincia de 5.800 Km². ¿Adivinan cuál? Efectivamente: Alicante es la provincia que cuenta con el mayor número de licores tradicionales reconocidos de todo el país. Estos datos tienen dos interpretaciones: Una la hizo un amigo de fuera mientras esbozaba una sonrisa y me recitaba el dicho de “…. y finos”. Esta la descarté a la vez que me acordaba de gran parte de su familia. La otra es que tenemos una tradición secular heredada de los árabes en el empleo y destilación de hierbas medicinales, muy superior al resto del país.

Los licores tradicionales de Alicante son: El Cantueso Alicantino, el Herbero de la Sierra de Mariola, el Aperitivo Café de Alcoy y el Anís Paloma de Monforte del Cid. Tenemos la suerte de mantener viva una tradición que lleva nuestro nombre escrito en cada etiqueta allí donde vaya. Lo llamativo es el consumo interno, que no sólo se mantiene, sino que aumenta estacionalmente, cosa que me alegra, porque lo de ser profeta en su tierra cada día está más fastidiado.

Ya sabemos algo más de nuestros licores y del papel que juegan a nivel nacional. Si usted los conoce sólo de oídas y no los ha probado nunca, haga un pequeño esfuerzo porque merecen la pena. Si alguien de fuera le canta las alabanzas del licor que hace el tío Perico en su pueblo, recuérdele los datos oficiales que ha leído y saque pecho, porque nadie se cuelga una circonita pudiendo lucir diamantes. Nuestros licores son verdaderas joyas, no precisamente en bruto, sino perfectamente talladas y reguladas por ley desde el campo a la botella. Otro día desglosaremos bebida por bebida para conocer cómo, quién y dónde se hacen y para descubrir los divertidos combinados que podemos hacer con ellos. A su salud.



2 comentarios:

Guillermo Manuel de Villena dijo...

Pues muy curioso; si tuviera que haber adivinado esos 16, creo que me hubiera quedado apenas en 3 o 4; o sea, un suspenso en toda regla.
¿Y qué hay del resto de licores que no tienen esa denominación específica? Por que por falta de tradición no será...

saludos.

MAREVINUM dijo...

Hola Guillermo. Los productores del resto de licores, puede que no quieran someterse a las estrictas normas de calidad, localización estricta de materias primas, trazabilidad, etc. que se precisan para que les otorgen una D.O.
Tambien se puede dar el caso de que se trate de productores aislados y dispersos, que no reunan la cantidad numérica suficiente para agruparse y comenzar a solicitar al ministerior los trámites para conseguirlo.

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