EN CASA DE LOS GRANDES (I)
Ya han empezado a salir al mercado algunos de los vinos que caté en la presentación de los primeurs 2.008 que se celebró el año pasado en uno de los templos de la enología mundial: El Château La Mission Haut-Brion. Esta bodega es una de las mecas que debe visitar al menos una vez en la vida todo buen aficionado al vino que se precie. Se descubre la verdadera dimensión de lo que un vino o un terroir puede dar de sí.
Confieso que yo, cuando acudo a una bodega, me imbuyo de la suficiente imparcialidad como para saber que estoy entrando en un establecimiento que vive de gente como yo que compra sus vinos o los difunde para que otros los compren, y que si estoy allí es más por su interés que por el mío, pero hay ciertas bodegas que me superan.
Se saben custodios de algo más que una producción vinícola y que sobre sus hombros recae una cierta responsabilidad, que va mucho más allá de las cifras de ventas. Es más, creo que los propietarios de estas bodegas se sienten como aquellos nobles ingleses a los que la nobleza obliga a mantener sus posesiones, no porque sean suyas, sino porque forman parte de la historia y del patrimonio de la humanidad.
Si a esto unimos que estas bodegas no reciben a cualquiera y mucho menos lo sientan a su mesa de cata a presentarle no uno o dos sino los seis vinos que poseen y que están considerados unos de los mejores del mundo (sin olvidar lo que cuesta cada botella), uno no puede por menos que sentir un cierto respeto y un comportamiento reverente hacia la gente que lo hace posible.
Tras una visita a la zona noble de la bodega estuve en sus viñedos, donde se descubre como una simple piedra tiene un olor a pedernal tan intenso que puede impregnarte un bolsillo durante semanas (la tengo en casa de pisapapeles y aún no ha perdido su fragancia), o donde una cepa, vieja como pocas, es cuidada como si se tratase de una persona. Se entiende que cada racimo de uva cuenta para que otro año más se pueda producir el milagro. En estos lugares se aprende como el terruño cuenta y no es lo mismo doscientos metros más a la izquierda que a la derecha. La finca vecina será buena, pero ya no tiene las condiciones de suelo, humedad, luz o aireación suficientes para que se considere Premier Grand Cru Classé. Parecen tonterías vistas desde fuera, pero visto en el terreno se comprende que debe ser así.
Una vez dentro del palacio, un director de cata del Domaine Clarence Dillon, propietarios del imperio vinícola, cuyo presidente desde Julio de 2008 es el príncipe Robert de Luxemburgo, fue exponiendo las características de la añada 2.008, las producciones (46 hectolitros por hectárea para los tintos y 40 Hl./Ha. para los blancos), las particularidades de cada vino así como cuales son sus expectativas para que se puedan consumir en plenitud: En blancos, lo ideal es consumir a los cinco años y según ellos nunca dejar más de diez sin descorcharlos (aquí habrá gente que discrepará, pero yo expongo lo que dice el elaborador) y en tintos, mejor no beberlos antes de los diez años, manteniendo su esplendor hasta los treinta. Aquí si que dejó abierto el margen para consumirlos después si están bien conservados.
A continuación presentaron los seis vinos a catar:
Del Château Haut-Brion, su buque insignia de igual nombre, su segunda marca que a partir de ahora se pasa a llamar Le Clarence de Haut-Brion sustituyendo a Bahans y su blanco, el Château Haut-Brion Blanc.
Del Château La Mission Haut-Brion, su homónimo como primer vino, su segunda marca, La Chapelle de la Mission Haut-Brion y su blanco Château Laville Haut-Brion.
NOTAS DE CATA (No olvidar que son vinos en premier, sacados de la barrica antes de estar acabados para que los expertos fijen los precios y vaticinen sus atributos futuros, y que sobre todo los tintos no verán la luz de nuevo hasta una vez terminada su crianza en barrica y un largo afinado en botella).
CHÀTEAU HAUT-BRION 2.008
13,5º Alc. 41% Merlot, 50% Cabernet Sauvignon y 9% Cabernet Franc.
Color negro Berenjena con ribete violáceo, cubierto al máximo y con lágrima coloreada. Nariz con enorme intensidad floral, frutal y mineral, perfectamente integrada en un elegante conjunto. En boca, como es de suponer, bravo y desbocado, destacando que la acidez tarda algo en aparecer, pero cuando lo hace demuestra viveza para lustros. Posgusto largo con un recuerdo a cáscara de nuez. Ya de joven se entrevé perfectamente la estructura de un rey.
LE CLARENCE DE HAUT-BRION 2.008
13,5º Alc. 45% Merlot, 41% Cabernet Sauvignon y 14% Cabernet Franc.
A la venta en primeurs en Millesima (una de los mejores “negociats” de Burdeos) por 468 € la caja de 12 botellas (más iva y transporte). Se entregarían a finales de 2.010 o mediados de 2.011.
Vista Negro azulado con ribete violáceo estrecho. Capa alta y lágrima densa y azul. Nariz intensamente frutal con bastante despunte alcohólico y tostados fuertes. En boca no se presenta excesivamente ácido, marcando mineralidad y con la madera todavía no integrada. El posgusto es tánico, como debe ser, y algo amaderado.
CHÀTEAU HAUT-BRION BLANC 2.008
13,9º Alc. 55% Semillón y 45% Sauvignon blanc.
Todavía no está a la venta, pero no tardará en aparecer. Como referencia, en Millesima tienen la añada 2.007 a 3.410 € la caja de 6 botellas (eso sí, IVA y transporte incluido).
Vista amarillo pajizo con ribetes verdosos y mucho brillo. En nariz flores blancas (Jazmín y azahar), fruta blanca de hueso muy madura y amielada (albaricoque y paraguaya).En Boca entrada fresca y seca con un paso amplio y glicérico. Centro frutal (fresquillas y melón verde), recuerdo de rosas y ausencia de cítricos y herbáceos. El posgusto es largo con una acidez todavía desmedida. Aunque lógicamente más hecho que los tintos (lo que se agradece sobremanera en cata de primeurs), se prevé que tras unos añitos en botella se convertirá en un grande.
LA CHAPELLE DE LA MISSION HAUT-BRION 2.008
13,5º Alc. 39% Merlot, 56% Cabernet Sauvignon y 5% Cabernet Franc.
Vista rojo picota con ribete cárdeno. Nariz de fruta roja muy madura y pedernal con una intensidad increíble. En Boca bastante astringente en entrada y paso, teniendo un centro bastante frutal pero que se difumina frente a la madera y la tanicidad de la barrica. Posgusto muy largo con recuerdo a hollejo maduro y sin atisbo de verdores.
CHATEAU LA MISSION HAUT-BRION 2.008
13,5º Alc. 43% Merlot, 51% Cabernet Sauvignon y 6% Cabernet Franc.
A la venta en primeurs en Millesima por 720 € la caja de 6 botellas (más iva y transporte). Se entregarían a finales de 2.010 o mediados de 2.011.
Color tinta china con ribete azulado. Lágrima densa muy coloreada. En nariz Fruta roja en licor y pedernal. Entrada muy seca y fresquísima, con paso carnoso y astringente, al igual que en centro de boca, donde ya se prevé un buen equilibrio entre la fruta compotada, la madera y la mineralidad, una vez que baje la lógica acidez. Sorprende un posgusto moderadamente ácido que te deja la boca llena de taninos maduros y amaderados. Otro grande de Francia.
CHATEAU LAVILLE HAUT-BRION BLANC 2.008
13,6º Alc. 79% Semillón y 21% Sauvignon Blanc.
A la venta en primeurs en Millesima por 1.410 € la caja de 6 botellas (más iva y transporte). Se entregarían a finales de 2.010 o mediados de 2.011.
Amarillo limón con ribetes verdosos. Nariz de Flores blancas y albaricoque, con notas de heno verde y helechos. Al oxigenar aparecen notas de bollería y vainilla. La entrada seca y fresca sin despuntar, muy limpia ya. Paso sedoso y con peso y centro exquisitamente floral. El posgusto no es ácido ni secante, con hollejo maduro y recuerdo a orejones. Un vino muy bien hecho, ya maduro en la premier, que dará grandes placeres a quien pueda permitírselo.
http://www.haut-brion.com/
http://es.millesima.com/F-1002-vins/K-115-productores~chateau-haut_brion
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