martes, 20 de diciembre de 2011
LA OIV ANALIZA LA HUELLA DE CARBONO DE LOS TAPONES SINTÉTICOS
LOS TAPONES SINTÉTICOS EMITEN 10 VECES MÁS CO2 Y LOS DE ALUMINIO 24 VECES MÁS, QUE LOS DE CORCHO NATURAL (SIN CONTAR EL CO2 QUE A SU VEZ ABSORBE EL ALCORNOCAL).
fuente: http://www.winesfromspain.com/
En su reciente asamblea general celebrada en Montpellier, la Organización Internacional de la Viña y el Vino aprobó la resolución OIV CST 431-2011, sobre ‘Principios generales del protocolo de evaluación de gases de efecto invernadero de la OIV para el sector de la viña y el vino’.
En dicha resolución se pone de manifiesto que el cálculo de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) relativo a los tapones de corcho natural debe abordarse desde una perspectiva integral, que contemple la capacidad de los alcornocales como sumidero de dichos gases, así como el CO2 almacenado en los propios tapones.
La resolución de la OIV establece que “Los tapones de corcho son una característica específica del sector vitivinícola, y su uso tiene un impacto importante en la sostenibilidad de los bosques. Debido a esto, el balance de carbono de los corchos debe tenerse en cuenta al aplicar el Protocolo de Empresa. Al calcular las emisiones de GEI derivadas de los tapones de corcho natural, habrá que considerar el sistema de producción de corcho de una forma integral. Las cifras finales de emisión de GEI debidas a los tapones de corcho deben tener en cuenta los alcornocales de los que proceden y su efecto como sumidero”.
El estudio de PricewaterhouseCoopers de 2.008 en el que se analiza el ciclo de vida de tapones para botellas de vino, muestra cuantitativamente el beneficio ambiental derivado del uso de los tapones de corcho frente a los fabricados con otros materiales.
Cuando se tiene en cuenta, como establece la OIV, la capacidad de secuestro de CO2 de los alcornocales, la diferencias entre tapones naturales y sintéticos aumenta exponencialmente. Sin considerar los bosques, las emisiones de un tapón de rosca de aluminio son 24 veces mayores (37 kilos de CO2 por cada 1.000 unidades) que las de un tapón de corcho (1,5 kilos de CO2 por cada 1.000 unidades), mientras que las de los tapones de plástico son 10 veces superiores (15 kilos de CO2 por cada 1.000 unidades) a las del producto natural.
Sin embargo, al tener en cuenta el efecto sumidero de los alcornocales, los tapones de corcho natural arrojan una cifra de emisiones negativa, equivalente a -112 kilos de CO2 por cada 1.000 unidades.
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