UN RIESLING PARA DISFRUTAR SIN PRISAS Y A UN PRECIO BUENÍSIMO
Los Binner (Monique, Audrey, Joseph y Christian) tienen las cosas claras en cuanto a la elaboración de vinos ecológicos, algunos sin pegatina, pero todos respetuosos al 100% con el entorno y con el propio vino. Su intervención en el viñedo se limita al uso de técnicas totalmente naturales y carentes de fertilizantes, pesticidas y demás química, vendimiando en cajas y manualmente. En bodega, la manipulación es incluso menor, llegando a prescindir de chaptalizaciones, filtrados y correcciones de acidez. Sulfuroso si emplean, según la etiqueta (tampoco me creería lo contrario).
La bodega se encuentra situada en la Alsacia hoy francesa y en otras ocasiones alemana, centrando su producción en las castas Riesling, Gewürztraminer, Muscat, Pinot Gris, pinot Noir y Auxerrois. Diferencian y vinifican por separado cada terruño, figurando éste en la etiqueta, lo que es relativamente habitual en esta zona donde un ligero matiz en cuanto a inclinación del terreno, orientación o insolación, supone la diferencia entre un gran vino y un vino ordinario. Yo he encontrado en el mercado vinos de esta bodega provenientes de cinco terruños diferentes, todos ellos con nombres tan impronunciables como el que vamos a catar (Ammerschwihr).
De este “Cru”, destacar su suelo de origen granítico que aportará al vino cierta mineralidad -la riesling tiene entre otras virtudes, la de transmitir al vino el terreno donde nace-, su orientación Este y la escasa pendiente del terreno.
El vino una vez fermentado sin siembra de levaduras comerciales, reposa sobre sus lías en antiguos depósitos de madera durante 11 meses y como dije anteriormente, se embotella sin filtrar. Como curiosidad, decir que los bodegueros recomiendan conservar las botellas a una temperatura inferior a 14ºC.
En el caso de este vino, la cata se hizo sobre una botella formato magnum, que debió conservarse a la temperatura adecuada, ya que tratándose de un 2.005, mantenía viva la esencia y las características primigenias del vino.
NOTAS DE CATA
Vista. Amarillo dorado no demasiado intenso, con ribetes pajizos y destellos oro nuevo. Como en la etiqueta se advierte de la no filtración y la posible presencia de sedimentos, se procedió a la decantación del vino, por lo que en copa se presentaba visualmente limpio y bastante brillante.
Nariz muy compleja como era de esperar. Notas de miel de brezo, pera pasada, musgo y pomelo, envueltas en un aroma dominante y herbáceo-medicinal que costó clasificar: Camomila fresca y hierbaluisa. Ligerísimas notas reductivas que comienzan como un sutil moho y viran con el tiempo a unos hidrocarburos bastante subidos. Se detectan unas notas de vendimia tardía, que aunque se incrementan considerablemente tras un reposo en copa, a mi criterio no llegan a ser botríticas. La fruta blanca (melocotón de viña) y la rosa mustia también están presentes en esta nariz que evoluciona y acrecienta su complejidad segundo a segundo. Resumiendo: Miel, pomelo y hierbas medicinales.
Boca. Entrada seca y bastante fresca con predominio ya desde la entrada de la acidez propia de la variedad. Paso sedoso pero no demasiado glicérico, incluso lineal y fluido pese a su prolongada estancia sobre lías. En el centro de boca y una vez que llegan los aromas por retronasal, nos encontramos con un riesling alsaciano de libro (cítricos, regusto metálico e hidrocarburos), donde falla un poco el cítrico, por su apagada acidez en beneficio de un temprano amargor -para definirlo gráficamente, se ha sustituido el zumo de limón por la piel de pomelo-. La acidez, correcta y mantenida hasta el final y el alcohol magistralmente integrado. El posgusto es corto y plano, dominado por los amargosos marchitos de la naranja vieja y ese regusto medicinal que hace que tradicionalmente, muchas etiquetas de vinos de esa zona europea incluyan la marca “Doktor….”. No hay uva ni hollejo en su recuerdo final.
Conclusión. Vino de bastante calidad para su precio (RCP alta), uva lo bastante madura y con calidad para alcanzar 12,5 º en esa zona y sin chaptalizar y técnicas de elaboración innovadoras (precisamente por antiguas y artesanales). La maravillosa nariz supera ampliamente a la boca, pero sólo el disfrutar de sus aromas ya merece la pena. La temperatura de consumo la situaría en torno a los 11 ó 12º C y si tuviera que maridarlo –yo este tipo de vinos los saboreo sin más, para que los platos no interfieran en la maravillosa evolución que suelen sufrir una vez en la copa-, me decantaría como mucho por un marisco de concha con sabor contundente (centollo con su coral macerado en el propio vino) o algún queso de cabra no demasiado curado, servido a la española como entrante y no como postre. Respecto al tiempo de guarda, el formato magnum lo tomaría a lo largo de este año y el formato 75 cl. lo hubiera tomado el año pasado.
Tipo de vino: Blanco con crianza sobre lías en fudres de madera.
Variedades: 100% Riesling
Grad. Alcoh.: 12,5º
D.O./Zona: Alsacia, Alto Rhin, comuna de Ammerschwihr.
Precio aprox: 35 € el formato magnum.
Bodega: Domaine Audrey y Christian Binner. Rue des Romains, 2 68770 Ammerschwihr Haut-Rhin Alsace, France. Tlf. (0)389782320
Web: www.alsace-binner.com
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