domingo, 15 de agosto de 2010

CREGO E MONAGUILLO 2.009


SIN LUGAR A DUDAS, UNO DE LOS MEJORES TINTOS DE GALICIA


     A finales de Julio, durante una visita a Santiago de Compostela tuve una experiencia dual y agridulce a la hora de reponer fuerzas en tan singular y masificada ciudad. La cara amarga la puso la elección del restaurante donde decidimos comer, que pese a una muy cuidada decoración y a encontrarse a una prudencial distancia del meollo jacobeo, nos ofreció un verdadero festival de platos sin garbo ni lógica a la hora de su elaboración, que sorprendió por lo insulso que se puede llegar a ser si un chef se lo propone.

     A destacar en el ranking de lo malo un revuelto de mejillones que como sonaba original en su planteamiento, fue pedido por varios comensales y tal como vino fue devuelto a los corrales por exceso de ortodoxia (directamente se trataba de una enorme cazuela de tortilla seca y dura con enormes mejillones más secos todavía, adheridos al duro huevo sin un triste aditamento). En lo positivo destacar la profesionalidad de la encargada de sala y su gran conocimiento de los vinos de la zona, llegando a recomendarme el que a continuación describo, pese a que yo en un principio había escogido otro mencía. Sabio consejo. Sin duda el vino fue lo mejor de la comida.
     El nombre del restaurante no lo pongo no porque no quiera, sino porque subconscientemente debí hacer como Cervantes con aquel lugar de La Mancha. Sólo recuerdo que era la parrilla de no se quién y el logotipo de una vaca (tantos días comiendo y cenando cada vez en un restaurante distinto a través de media Galicia pasa factura a la memoria). Seamos positivos y disfrutemos del vino. Lo recomiendo:


NOTAS DE CATA

Vista. Rojo guinda muy poco cubierto, con ribete rubí amplio y diluido. Limpio y muy brillante.

Nariz franca y limpia con muy buena intensidad, con predominio de fruta roja poco madura, que pronto queda cubierta por una exuberante mineralidad (pizarra, grafito y pedernal). Al oxigenar mantiene la limpieza Aromática y aparecen algunos florales (violeta, clavel). Tras reposar un minuto, da notas de tabaco rubio y un leve toque final balsámico (laurel).

Boca. Entrada seca y muy fresca, donde predomina la viveza pero sin que lacere nuestras papilas gustativas. Paso de boca lineal y fluido donde algún tanino se agarra levemente a las encías, dando paso a un centro de boca más floral que frutal. La acidez se integra bien en boca e imprime carácter de viveza muy de acorde con la variedad. Por retronasal nos llegan notas de bosque atlántico (laurel, helecho, eucalipto) que redondean y terminan de aportar frescura al conjunto. Posgusto corto con recuerdo a piel de ciruela verde y un comedido amargor final.

En conclusión es un genuino exponente de su zona, con una excelente vinificación donde se conjuga por un lado una uva bien madurada y por otro un terreno que tiene mucho que ofrecer al vino. Destaca su nariz, genuinamente norteña, sin fallas y con un atractivo conjunto aromático. La boca no defrauda y sigue la línea de la nariz, aunque queda algo por debajo de aquella, no aportando grandes sorpresas ni episodios destacables. Lo maridaría con una caldeirada de ternera, un costillar de vacuno a la brasa o incluso me iría a un bacalao a la plancha o a un marmitaco. Lo serviría a una temperatura no inferior a 18ºC para que la astringencia latente de la variedad no se apodere del conjunto. Tiene acidez suficiente y una ausencia total de reducciones y oxidaciones, como para aguantar el tipo perfectamente al menos durante dos años más.

Tipo de vino: tinto joven.
Variedad: 100% Mencía.
Grad. Alcoh.: 13,5º
D.O./Zona: Monterrey (Ourense).
Precio aprox. en tienda: 8,5€.
Bodega: Crego e Monaguillo S.L. C/ Nueva s/n. 32.618 A Salgueira. Monterrei Ourense. Tlf. 988 418 164.
Mail: marketing@cregoemonaguillo.com



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