¿PRIORAT BUENO Y BARATO?

ONIX. LOS OBREROS DE SERRAT TODAVÍA SE PUEDEN FESTEJAR CON PRIORATO

"y se festeja con media botella de priorato y se calienta con Sol y permanganato" decía Joan manuel Serrat cuando se refería a los albañiles que trabajaban de sol a sol construyendo una barcelona muy lejana de su tierra natal. Hoy, al igual que muchos artistas y celebridades catalanas, Serrat tiene una bodega en el priorat.

Ya quedó atrás el tiempo en que el vino del priorato era en Cataluña lo que el vino de jumilla en la zona levantina: Un vino fuerte y recio, peleón y cabezón la mayoría de las veces, consumido por los obreros en tabernas y cantinas. El tiempo pasó y fue poniendo a cada cual en su sitio. Hoy Jumilla es una de las cunas de la esencia mediterránea y el priorato tiende a ser la borgoña ibérica. Hemos pasado del nada al todo en cuestión de no más de 20 años. Algunos enólogos de prestigio ( René Barbier, Carles Pastrana, José Luis Pérez y Álvaro Palacios) aterrizaron en la zona y la tocaron con su varita mágica. La cenicienta encontró a su príncipe y el cuento de hadas de un puñado de pueblecitos encaramados en terrazas de pizarra recibieron el reconocimiento que quizá siempre debieron tener. Eso no lo pongo en duda. Lo que si pongo en duda es que los precios que está alcanzando cualquier botella de vino de esta denominación de origen sean realmente justificados. Posiblemente estemos ante una burbuja inflada a base de modas y patrioterismo no demasiado justificados. Eso sí, que no le pregunten al sinfín de pequeños agricultores que llevan décadas intentando arañar al terreno un exiguo kilo de uva por cepa, porque a ellos, que no entienden de modas ni de política, les ha tocado la lotería y bien tocado.

Los mortales que gustamos del buen vino y no tenemos la suerte de poder gastar sin dolor las animaladas que piden por un priorato, tenemos que aguzar la vista y el ingenio y encontrar vinos muy dignos, con los precios ajustados a lo que realmente son.

Creo que hasta Álvaro Palacios ha ajustado precios y ha sacado un vino económico, el Camins del Priorat, a menos de 15€ . El problema: La juventud y la calidad de las viñas. El vino que se sacaba de estas viñas, que todavía no es apto para Les Terrases, hasta ahora se vendía a granel a las cooperativas de la zona. Quizá pensó que para venderlo a granel, utilizaría su nombre y su infraestructura mediática y por arte de magia el litro de granel pasa a valer unos 20 € al llevar su etiqueta (por cierto muy florida). No es mal negocio y de paso se recupera del batacazo en ventas del tercer vino de la bodega.

Si queremos otro vino del priorat que no nos destroce el bolsillo podemos optar por ONIX, un cuarteto de vinos fruto de la unión de 125 pequeños agricultores que entre todos superan a duras penas las 200 Ha, repartidas entre los municipios de Gratallops (Capital de la D.O.Ca), El Lloar, La Vilella Alta y La Vilella Baixa. Son pequeños propietarios con parcelas diminutas cuya uva que no quieren las grandes marcas (no nos engañemos que nadie regala nada), pero que proviene de cepas viejas y bien pegadas a su suelo de licorella. Como poco estos vinos nos darán una visión más realista de lo que son y han sido los vinos del priorat.

En la gama Onix encontramos en primer lugar el CLASSIC, con un precio rondando los 8 €, conformado por un 50% de garnacha y un 50% de mazuelo (cariñena), sin crianza y con la maloláctica hecha.

El siguiente peldaño sería el FUSSIÓ, por unos 12 €, donde no hay un coupage exacto, sino que varía cada año en función de la cosecha. Por ejemplo el 2007 que es el último en venta, lleva un 40% de garnacha, un 40% de syrah y un 20% de mazuela. Tiene un crianza en barrica nueva francesa de 4 meses.

El siguiente sería el EVOLUCIÓ, por unos 16€ , con un 50% de samsó, 40% de garnacha negra y un 10% de cabernet sauvignon, con una crianza de 12 meses en maderas francesas y americanas de primer, segundo y tercer año.

El cuarto exponente sería el SELECCIÓ, un monovarietal de mazuela muy seleccionada y con una crianza de 12 meses en barrica francesa nueva. Este lo cito para completar el cuarteto, pero ya se sale del espíritu del artículo que no es otro que el poder probar unos prioratos dignos por 15 € máximo. En el precio del último ya tenemos una gama de pequeñas bodegas familiares que ofrecen otra cosa.

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